TORRIJOS EN LA RED

TORRIJOS EN LA RED

sábado, 26 de abril de 2014

ITALIANOS EN BARCIENCE

Sabemos que Torrijos, durante la Guerra Civil, tenía un campo de aterrizaje para ciertos aviones en el paraje conocido por El Prado, a escasa distancia de la población, donde se encontraba la antigua depuradora. Allí aterrizaban aviones de no mucha potencia y escaso volumen y peso. Pero lo que nunca habíamos visto, al menos yo, era el campo de aterrizaje que hubo en Barcience. 
    Esta pequeña población poseía grandes extensiones de terreno llano muy adecuadas para servir de campo de aterrizaje de esos aviones italianos. Además era un lugar idóneo para trasladarse a cualquier lugar de forma rápida, pues estando en la zona central su valor estratégico era muy adecuado.
    Estas imágenes que presento me han sido facilitadas por un amigo que desea guarde silencio sobre su persona. Son imágenes llenas de nostalgia por su valor histórico y evocación de un pasado, que aunque desagradable merece que lo recordemos como recordamos las batallas habidas a lo largo de la Historia de la humanidad.
     Que estos recuerdos sean desagradables a veces no impide que el historiador se sienta atraído por unas imágenes que nos llevan a un pasado que tiene mucho de nuestra vida, ya que numerosas personas de nuestro entorno habrán vivido esas escenas, para unos llenas de gozo y para otros de tristeza. Pero la Historia es así y no se puede negar lo que ha sucedido. 
    Nada se adelanta con cerrar los ojos ante algo que no nos agrada. Sería tan estúpido como negar la serie de hechos desagradables, muertes de una violencia inusitada, ocurridos a lo largo de la Historia. Hay que tener memoria de la historia y tenerla siempre presente para no repetir los errores del pasado. 
    No podemos eliminar la presencia de Roma, de Cartagineses, de griegos, de visigodos,  musulmanes y franceses que entraron a saco en la Península. Hicieron actos violentos, ocuparon tierras y mataron. Pero no negamos su existencia, ni queremos eliminarlos de nuestros libros. Sería un error. De igual manera con la historia más reciente. No se puede hacer olvidar por ley el pasado. Ni se deben eliminar nombres, símbolos, monolitos, placas, etc por no coincidir con nuestros postulados. Roma, algunos emperadores, tomaron la decisión de proclamar la ley llamada "damnacio memoriae" por la que había que destruir todo lo recuerdo del anterior emperador cuando éste no era de nuestro agrado. No se podía pronunciar su nombre, había que borrarlo de todas partes, eliminarlo. No lo consiguieron.
     Las escenas son muestras de la vida diaria de unos soldados, a veces recordando las meriendas que los torrijeños realizan en esos parajes. Otras nos muestran la curiosidad de los habitantes del pueblo. Otras vemos a los aviones escondidos bajo los pino para no ser detectados por el enemigo. Y a lo lejos vemos en algunas imágenes el castillo de Barcience.
    Espero que las imágenes que presento, con sus uniformes, sus aviones, sus personajes sirvan como lo que es: una parte de la Historia.

                                               


















sábado, 5 de abril de 2014

ADEFESIO

Todos sabemos que un adefesio es una persona mal vestida, desarreglada o que se nos presenta con un aspecto ridículo. Pero dudo que mucho lectores sepan el origen de esta palabra que poco a poco se oye menos en la conversaciones diarias. No es que esté desapareciendo, pero no se utiliza mucho.
   Vamos a ver: Los estudiantes actuales apenas saben latín porque su estudio sí que está desapareciendo. Pero los que tienen la suerte de conocer algo de esta lengua identifican la preposición "ad" y la palabra "Ephesios". Si unimos las dos nos encontramos con "ad ephesios", que significa " a los efesios". 
   Todo proviene de la epístola de san Pablo dirigida a los habitantes efesios, pero ellos no sólo no escucharon sus predicaciones sino que le persiguieron, le acosaron y a punto estuvieron a punto de matarle. Como no quisieron escuchar la palabra de Dios actuaron como si fueran uno adefesios, unos destartalados, persona ridículas y faltas de entendimiento.

jueves, 3 de abril de 2014

OBJETIVO: INCENDIAR LA CALLE

"OBJETIVO: INCENDIAR 
LA CALLE"
DOS PALABRAS
FEDERICO QUEVEDO
Hace no mucho escribí un post en el que afirmaba que la izquierda más extrema, los más radicales y violentos, buscaban un muerto en sus protestas para ponerlo encima de la mesa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Pues bien, los hechos del pasado 22 de marzo por la noche tras las manifestaciones por la dignidad vinieron a confirmar mi afirmación. Esa noche se desató contra la policía una violencia como hacía tiempo que no se conocía en nuestras calles, con la única intención de provocar a las fuerzas de seguridad hasta llevarlas al extremo y conseguir que al final algún agente sacara su arma y se produjera lo que nadie con dos dedos de frente quiere que pase, pero los organizadores de estas algaradas sí.

La violencia continuó días después, esta vez teniendo como escenario las facultades, pero siempre llevada a cabo por sujetos que nada tienen que ver con la Universidad. Son ultras, de izquierda en este caso –aunque también se suman algunos radicales de la derecha más extrema–, que se han organizado en torno a distintas organizaciones que han crecido al calor de las protestas ciudadanas. Hace tiempo este tipo de radicales antisistema se concentraban en Cataluña y en el País Vasco, pero han dado el salto a Castilla y León y a Galicia, y poco a poco van extendiendo sus redes de captación de violentos por toda España, según me cuentan fuentes policiales.
De aquí a las elecciones europeas vamos a asistir a nuevos brotes de violencia callejera que se producirán como consecuencia de alguna manifestación previa de carácter pacífico
Ya vimos un experimento de su capacidad de acción en los sucesos de Gamonal, y ya entonces algunos dijimos que eso era un primer paso, como después se ha confirmado el 22-M. Y van a seguir. De aquí a las elecciones europeas vamos a asistir a nuevos brotes de violencia callejera que se producirán como consecuencia de alguna manifestación previa de carácter pacífico. Dejemos algo claro desde el principio, para que no haya equívocos: una cosa son las protestas ciudadanas, perfectamente democráticas y respetables, y otra cosa son estos brotes de violencia que no hacen ningún favor al objetivo natural de muchos ciudadanos que sólo quieren dejar constancia de su malestar y su preocupación y pedirle al Gobierno que cambie sus políticas.

Pero sí es verdad que entre quienes en un primer momento convocan y organizan estas marchas o manifestaciones pacíficas se encuentran personajes de dudosa procedencia financiera que, amparados en su condición de famoso –Willy Toledo– o en la de nuevo referente de lo más rancio de la izquierda –Pablo Iglesias–, alientan y amparan a los violentos frente a las Fuerzas de Seguridad de un Estado democrático como es el nuestro, aunque ellos se empeñen en negarlo aquí y, sin embargo, defenderlo en Cuba o en Venezuela, donde se pisotean constantemente los derechos humanos.
La estrategia está clara: primero se organiza una manifestación, se utiliza a ciudadanos cabreados por muchas razones que en la mayoría de las ocasiones son justas y razonables, y cuando la concentración termina se suelta a los violentos para que empiecen la juerga. Y esto, como digo, va a seguir. Y eso no es lo peor. “Si el PP no gana las elecciones europeas, si pierde aunque sea por muy poco, esa estrategia se va a endurecer, porque ahora dicen que el PP ha perdido la calle, pero después dirán que también ha perdido las urnas, aunque eso no sea cierto porque se trata de unas elecciones europeas, no nacionales, y entonces ese escenario de violencia ira creciendo”, me asegura una fuente policial.
Lo peor de todo es que, si eso ocurre así, es más que probable que la izquierda democrática aproveche la situación y mire para otro lado en lugar de condenarlo. Y hace mal, porque en su lucha contra el sistema a estos radicales ya les va a dar igual que gobiernen unos u otros… Lo que van a querer es acabar con el sistema mismo y no van a parar hasta conseguirlo.