FEDERICO ISART
Isabel y Fernando
Hace días leí este artículo acerca de estos personajes que llevan dos años en la televisión. Personajes que tienen una importancia capital en la historia de España. Aparte las valoraciones negativas que pudieran tener, son sin duda dos personas que consiguieron la Unidad de España, unidad que en estos días está cuestionada por algunos políticos chuscos. Por su interés lo doy a conocer.
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De cuando en
cuando en este país se hacen bien algunas cosas. Incluso en la televisión
pública nacional, capaz de acoger un proyecto como la serie Isabel. A
diferencia de lo que es habitual en el Reino Unido, y que sus antiguas colonias
han continuado con brillantez, las recreaciones históricas no son lo nuestro.
Salvo aquellas viejas producciones impulsadas por el régimen franquista como
instrumentos de propaganda.
Créditos
sindicales y premios nacionales cebaban la bomba de los estudios Cifesa donde
directores beneméritos en su época como Juan de Orduña, recreaban desde la
conquista de Granada, el descubrimiento de América o el sitio de Zaragoza hasta
las épicas resistencias de los últimos de Filipinas o de un puñado de militares
en el alcázar toledano, cuando la entonces reciente guerra civil.
Tal vez el
empacho provocado por aquellas llamadas historias ejemplares haya acentuado el
complejo con que el español suele manifestarse respecto de su pasado, de la
Historia que ha moldeado el momento presente.
Sin recurrir
a las adaptaciones de clásicos, Shakespeare, producciones históricas como las
británicas sobre T. Becket, T. Moro o Carlos I son impensables en nuestra
cinematografía, así como las epopeyas norteamericanas sobre la conquista de su
oeste lejano. Aquí todo queda prácticamente reducido a la figura de El Cid o a
la guerra de la independencia, producciones por cierto obra de un americano, S.
Broston.
La acogida
que ha tenido la puesta en escena de los personajes que consolidaron la unión
de los dos grandes reinos peninsulares, la reina Isabel I de Castilla y el rey
Fernando II de Aragón, parece demostrar que cuando las cosas se hacen bien la
historia sí que importa. Que se lo pregunten al munícipe imbécil que prohibió
filmar en la misma escalinata de la Plaza del Rey la recreación del atentado de
Canyamars sufrido en diciembre de 1492 por el Rey Católico, que ayer recreaba
el primer capítulo de la tercera temporada de la serie.
La Historia
es la mejor vacuna contra las historias, historietas y demás tergiversaciones
interesadas sobre un pasado sin abuelo que ganara ninguna batalla. Ay aquellos
tristes versos de León Felipe:
… ¿Qué voy a cantar si no tengo
ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara una
batalla,
ni un sillón viejo de cuero,
ni una mesa, ni una espada?…
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