LA
ENCRUCIJADA DE ESPAÑA
No me puedo
creer que en España existan tantos extremistas y ansiosos por desear la
dictadura.
No me puedo creer tal cosa, aunque
los resultados electorales y las previsiones de las encuestas nos dicen que
Podemos se haría con la segunda plaza en unas elecciones, adelantando al PSOE.
No me puedo creer que en España
volvamos a encontrarnos con un partido lleno de resentimientos, incapaz de
aceptar que aquella etapa nefasta de la historia de España concluyó hace
muchísimos años. La España de los “descamisados” (como decía Alfonso Guerra)
desapareció hace muchos años. Hoy España es un país industrializado, con
altibajos en la situación económica; un país que pertenece al grupo
privilegiado de la Europa democrática que nada tiene que ver con dictaduras
semejantes a ciertos países de Ibero América o de Asia. Pues es así adonde nos
quiere llevar ese grupo surgido a la lumbre mediática de la televisión.
Por eso no me puedo creer que existan en España tantos
votantes dispuestos a llevar a España al siglo XIX, cuando hace un siglo sí que
había una España de “descamisados”, vestidos con un blusón; con niños trabajando
y sin ir al colegio; sin agua corriente
en los domicilios; con estercoleros en vez de cuartos de baño; sin automóviles
la inmensa mayoría; sin lavadoras; sin centros de enseñanza; sin hospitales
para todos, sin el AVE; sin españoles que salieran a Europa a conocer
diferentes culturas más avanzadas que la nuestra.
Ya sé que estoy exagerando, lo
reconozco, pero España no se merece
regresar a esos tiempos malditos que grupos democráticos como el PSOE o PP
elevaron a España a la categoría de países de primera línea.
Por eso no me puedo creer que
existan en España tantos votantes deseosos de regresar a aquellos tiempos en
que la vida era dura, muy dura.
¿Es que vamos a regresar a la Edad Media aunque
vivamos en una etapa histórica de la abundancia? ¿Vamos a regresar a la España
de las movilizaciones populares? ¿A las huelgas generales? ¿A la España de los
señoritos y los descamisados?
Regresaremos a situaciones ridículas en que a la recepción del rey se va descamisado y en la gala del cine se viste con un lujoso smoking y pajarita.
¿Es que España va a regresar para apuñalar a monjas; a ahorcar a jueces y banqueros, a apalear a la policía, dar vivas a ETA? Esto ha empezado a suceder, ahora con títeres en Madrid contratados por ese grupo político anti sistema.
Regresaremos a situaciones ridículas en que a la recepción del rey se va descamisado y en la gala del cine se viste con un lujoso smoking y pajarita.
¿Es que España va a regresar para apuñalar a monjas; a ahorcar a jueces y banqueros, a apalear a la policía, dar vivas a ETA? Esto ha empezado a suceder, ahora con títeres en Madrid contratados por ese grupo político anti sistema.
Ya sé que hay gente sin trabajo,
que lo pasa mal, que va a costar Dios y ayuda mejorar esas condiciones de vida.
Pero si permitimos que grupos vencidos por la demagogia barata lleguen al
gobierno España, tristemente, regresará a la obscuridad.
Pues ya se sabe: quien quiera
regresar a aquellos tiempos que se ponga al lado de quienes pregonan esa sociedad,
aunque se llamen grupo de “progreso”.
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