TORRIJOS EN LA RED

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jueves, 7 de febrero de 2013

EL PAÍS

EL PAÍS

Fue un referente durante los años del inicio de la democracia. Dio un aire fresco a la prensa nacional. Sus editoriales se leían con entusiasmo; sus reportajes daban la sensación de ser algo que le diferenciaba de los demás medios. Llenó de entusiasmo a la juventud pues veía en sus páginas el reflejo de una nueva sociedad.
     Era diferente.
     Hoy sigue siendo el periódico de más lectores, especialmente de la izquierda, que tiene al País como su órgano de difusión, como su medio para expresar y transmitir las ideas de un falso progresismo trasnochado.
     El País "evangelio de la izquierda" no ha dejado de serlo, incluso cuando la empresa a la que pertenece PRISA pasa por momentos muy difíciles desde el punto de vista económico. Tanto que ha tenido que despedir a numerosos empleados mediante el ERE que tan bien maneja la izquierda. Pero nadie se ha manifestado por ello.
     El País se ha metido en la caverna siniestra de la izquierda y trata de recuperar el tiempo perdido y ha de surgir de sus cenizas por el medio que sea. Las alocuciones y arengas de la cadena SER sirvieron para que un público escasamente democrático arremetiera y cercara  las sedes del Partido Popular el 11M.
     La información de El Mundo acerca de los sobres famosos era demasiado importante para que su competidor se aprovechara de la noticia. Así que tuvo que hurgar en las cloacas informativas para obtener un producto corrompido, apócrifo, falaz y lleno de falsedades, pues hasta que no demuestre con pelos y señales la veracidad de semejante infundio, de unas fotocopias mal realizadas, El País quedará como un periódico que hace lo que sea, hasta inventarse la noticia, con tal de ocupar el espacio perdido.
     Si es cierto que todo es un infundio para perjudicar al Partido Popular su situación va a ser tan vergonzosa que su prestigio, el escaso que le queda, va a suponerle una serie de demandas judiciales que van a terminar con su precaria economía, pues si tras los despidos por falta de publicidad, el cierre previsible de alguna otra empresa y la venta que parece se va a realizar de Digital Plus a Telefónica va a concluir en una más que buscada pérdida de valores económicos e informativos.
     Su sectarismo ha quedado meridianamente claro ante hechos semejantes sucedidos en Andalucía con los falsos ERES, o en Cataluña con la financiación ilegal. Silencio, silencio, silencio. Sectarismo puro y duro.
     Pobre País de la caverna mediática. Su fama de prensa seria y responsable, se ve transformada en un periódico de color amarillo en busca de escándalos para poder tener lectores. NI EL CASO de los años 60 se habría atrevido a ser tan escandaloso ante una noticia inexistente.
      El jefe de PRISA, Cebrián, se ha metido en un buen lío del que le va a costar Dios y ayuda salir, por muchos millones que tenga de sueldo, según noticias, más de 13 millones de euros.
     Pobre País. Mejor que cierre, pues no aporta nada nuevo a la sociedad, excepto egagrópilas, regurgitaciones repugnantes que asquean al lector.

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