EL HERMITAGE
Ayer visité en el Museo del Prado la exposición que presenta sobre una colección del Hermitage de San Petersburgo. Sencillamente espectacular. Numeroso público accedía a las distintas horas que podía hacerlo, pues no se puede pasar cuando uno quiera, ya que la acumulación de visitantes es inmensa. Y con razón.
Es de esas manifestaciones que nadie amante del arte debería perderse, pues no son muchas las ocasiones en que puede admirarse una evolución de diversas artes, desde el siglo V a. de C. hasta las más recientes manifestaciones pictóricas.
Posiblemente, la colección de joyas que se presenta sea la novedad más digna de resaltarse, por la escasez de ocasiones que podemos admirar semejante tipo de artesanía. Joyas de una variedad asombrosa, peines, broches, joyeros, y un sin fin de elementos variados, como son espadas o flores, nos llevan a la admiración por la dificultad de realizar semejantes obras. La obra que más impresión me produjo fue el "Ramo de acanios con espigas de avena", obra de una delicadeza y sencillez que merece un lugar destacado en la exposición.
En pintura nos encontramos con Tiziano, Velázquez, Veronés, El Greco, Impresionistas, Picasso, Matisse. La escultura está representada por Canova y Rodin.
Pero para ser sincero diré que la obra que más me llamó la atención fue la que reproduzco, "Tañedor de laúd", de Caravagio, donde el sencillo rostro muestra una mirada llena de intimismo ante la melodía que está interpretando, éxtasis sensual, paroxismo, alejamiento de un mundo material. Las manos son un prodigio de delicadeza
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