TORRIJOS EN LA RED

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lunes, 16 de enero de 2012

FRAGA



FRAGA
Recibí la noticia del fallecimiento de Fraga con el dolor de saber que nos había dejado uno de los hombres más honrados de la política española. Uno de esas personalidades que aparecen en la política muy raramente.
    Entré en contacto con Fraga en los años 70, cuando fundó Reforma Democrática (1976) y yo fui nombrado representante de ese partido en la comarca de Torrijos. Éste fue el embrión de Alianza Popular y del Partido Popular. 
    Por entonces Fraga estaba residiendo en Londres como embajador, cargo que le sirvió para entrar en contacto con los líderes del Partido Conservador británico. A partir de entonces publicó una serie de artículos de enorme trascendencia política que promovían una política de centro, palabra que por entonces no existía en el vocabulario político español y luego se apropiaron de ella.
    En ese mismo año asistí a la fundación de Alianza Popular en el palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Fue algo inenarrable. Por ello me siento orgulloso de haber participado como fundador de un partido político de la importancia que posteriormente tuvo, aunque las primeras tres elecciones generales fueron de enorme descalabro para este partido, pues los resultados fueron decepcionantes.
    Pero Fraga era una persona tenaz y no se arredró. Infundió entre los afiliados un espíritu de lucha y de ansias de triunfo que evitó que numerosos afiliados abandonaran el partido.
    Sus trabajos sobre el conservadurismo español son de enorme importancia y su contribución en la redacción de la Constitución Española sorprendió a todos los componentes de la Comisión redactora por conocimientos enciclopédicos de las diferentes constituciones de numerosos países.
    Hombre lleno de iniciativas, incansable, conversador ameno, con gran sentido del humor, pero en ocasiones con explosiones de enfado cuando no se hacían las cosas como se debían. Su ansias de perfección era letales para quienes estaban a su lado, pues no pasaba una. Por ello no era fácil trabajar con él, pues era complicado seguirle.
    Supo reducir a la nada a grupos que se consideraban de extrema derecha, y logró que aceptasen la democracia como elemento de conviviencia entre los españoles, pero sus posibilidades para ganar unas elecciones generales eran reducidas, pues numerosos electores le identificaban con el pasado, cuando en realidad había sido su conducta la que había logrado hacer que el pasado pasado fuera, y se iniciara una nueva etapa democrática.
    No le importó presentar a Santiago Carrillo en un acto que tuvo gran trascendencia política, ya que se le reprochó semejante actitud, por presentar a semejante representante. Pero él siguió trabajando para lograr una convivencia entre los españoles.
    Fue ministro de Franco, pero se enfrentó a miembros del gabinete por promover una apertura dentro del régimen.
     Su forma de volcánica de expresarse; la agilidad de su complicado caminar, el carácter dominante y recto, así como el humorismo en sus parlamentos y conversaciones le hacían ser un personaje contradictorio. Las visitas a las poblaciones eran constantes sufrimientos para sus acompañantes, pues imprimía una velocidad de vértigo en sus caminatas y quienes le acompañaban apenas podían seguirle. Las visitas a las poblaciones eran una constante preocupación, pues había que realizar el programa al segundo. Los actos de partido siempre tenían la dificultad de cumplir el horario, cosa que enervaba a Fraga. Cuántas veces los organizadores llegaban al lugar del acto y Fraga ya estaba esperando a la puerta
    Le han buscado manchas en su pasado, en las finanzas, en los negocios, en sus palabras, en sus comportamientos. Jamás han conseguido encontrar nada  que pudiera involucrarle en negocios sucios, o en enriquecerse de manera ilícita. Nadie ha logrado acusarle de nada deshonroso, y eso que se le han buscado asuntos por todas partes. Siempre han fracasado.
      Abandonó este mundo como vino a él: ligero de equipaje en un piso alquilado de 90 metros.
    Político de raza; hombre de bien;  sabio, buen orador y buena persona.
     Fraga, un amigo, ha muerto. Descanse en paz.
   












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