Pocas veces me he llevado una alegría como la que recibí hace unos días cuando me enteré de que Jesús Carrobles había sido nombrado director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Arqueólogo de la Diputación Provincial ha realizado numerosos estudios de esta materia tan interesante. Es persona afable, buen conversador, con amplios conocimientos de arte del que sabe apreciar la categoría y autoría de un cuadro o una escultura.
Ha sido la persona que supo rescatar y rehabilitar la ermita de Melque, haciendo que uno de los edificios más importantes de la provincia dejase de ser un aprisco de ovejas, o un secadero de tabaco.
Sus trabajos sobre arqueología de la guerra civil son antológicos y nos ha dado a conocer las numerosa trincheras que aún permanecen, así como los bunquers que se construyeron.
Aún recuerdo la conferencia que dió en Torrijos en las Jornadas Históricas ofreciéndo al escuchante una magnífica panorámica de esos restos de la guerra civil.
Su trabajo al frente de la gerencia del centenario de El Greco fue modélica, realizando durante años las gestiones necesarias para traer a Toledo obras de incalculable mérito prestadas de otros museos.
Pero una de sus promesas es hacer que los Académicos Correspondientes de la provincia toledana tengan mayor proyección y se le dé la oportunidad de manifestar sus conocimientos, y que no sean una simple nominación sin trascendencia para la Academia.
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